jueves, 18 de febrero de 2016

AMOR PARA JÓVENES

ANDAMOS JUNTOS PERO NADA QUE VER

Se conocieron porque una amiga mutua los presentó una noche en que salían a rumbear con un grupo. A él le gustó ella desde que la vió porque tiene un cuerpo divino y una sonrisa muy linda. A ella le llamó la atención su mirada, que tiene buen sentido del humor y la hizo reír desde el principio. Conversaron parte de la noche y como a los tres días él la llamó y la invitó a salir. Ella no le había dado el teléfono por lo que se sorprendió. Cuando colgó, llamó a la amiga mutua y ella le dijo que a él le había gustado resto. Ella estaba nerviosa y se arregló desde temprano. Esa noche se despidieron con beso y ahora se ven todos los fines de semana y se hablan por teléfono unas cuantas veces entre semana. A ella casi no la dejan salir entre semana por el colegio aunque a veces dice que va a estudiar donde su amiga y allá se ven.
Llevan ya dos meses y medio andando juntos  y la mayoría de sus amigos saben de la existencia de su relación. Sin embargo ella no está segura de lo que él siente por ella porque nunca le ha dicho que la quiere o algo así. Él se siente bien con ella pero le desespera cuando le dice que hablen, porque sabe que de lo que ella quiere hablar es de la relación, pero él no sabe qué decirle. Ella le gusta y ya. No quiere hablarle de cuadrarse porque que mamera y no entiende por qué para ella ese rollo es tan importante. Ella se desespera porque quiere algo más seguro y piensa que él le tiene miedo a los compromisos. El a veces sale con otras amigas pero prefiere no decirle a ella para que no le haga una escena de celos. El piensa que si eso es ahora que no están cuadrados sería peor si le reconociera que la quiere. Sin embargo cuando ella sale con sus amigos él se enfurece y le parece el colmo. Ambos están confundidos y aunque les gusta andar juntos su relación les produce dolor.  ¿Qué sentido tiene esta situación?

Esta historia, parecida a algunas de la vida real es un ejemplo simple de la dificultad para muchas jóvenes de establecer vínculos afectivos con compromiso, buena comunicación y que les generen bienestar.
Según Robert Steimberg, autor de un libro llamado El triángulo del Amor este se conforma de tres componentes: Intimidad, pasión y compromiso.
La intimidad está dada por los sentimientos de acercamiento y vínculo e implica bienestar, felicidad junto a la persona amada, respeto, entendimiento, entrega, apoyo, valoración y comunicación con la pareja. La pasión es el deseo de unión con el otro, incluye la atracción y es el componente erótico del amor. El compromiso es la decisión de amar y el deseo de mantener ese amor.

Un amor completo incluiría los tres componentes. Sin embargo se pueden encontrar amores en que prima excesivamente uno de los tres y los otros son casi inexistentes.  Si los miembros de la pareja tienen ideas muy distintas sobre lo que quieren o esperan de la relación y además no tienen buena comunicación la experiencia amorosa va a ser motivo de dolor. Para la gente joven el componente pasional del amor es muy importante y generalmente muy intenso; eso hace que las necesidades de intimidad y compromiso ha veces se vean descuidadas generando malestar. Es fundamental reconocer que el compromiso bien entendido, no como posesividad y control del otro, es vital para hombres y mujeres porque genera confianza. La comunicación es la herramienta fundamental que construye la intimidad y posibilita fortalecer la relación. No importa que tan joven sea una persona; si se da la oportunidad el amor puede ser una experiencia muy positiva si se abre al compromiso, la intimidad y la pasión.

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