jueves, 18 de febrero de 2016

5 FALACIAS SOBRE EL AMOR

1.        Si me aman no me van a hacer daño.

Desafortunadamente en aspectos de salud y sobre-vivencia relacionados con infecciones de transmisión sexual el exceso de credulidad y confianza han hecho que miles de personas, especialmente mujeres estén actualmente infectadas con el VIH y algunas ya hayan desarrollado SIDA. Tristemente, amar a alguien o que esa persona le ame no le protege de una infección de transmisión sexual. En situaciones  como una infidelidad, la persona infiel generalmente lo es por un motivo egoísta, pero no pensando en herir emocionalmente a su pareja. Cuando la infidelidad es descubierta por ¨la víctima¨ siente su confianza traicionada, sus compromisos rotos y hay generalmente dolor y malestar que en algunos casos llevan a la ruptura de la relación. Sobre la idea de sentir dolor por causa de la relación de pareja hay posiciones opuestas desde quienes desarrollan miedo a los compromisos por experiencias negativas del pasado, hasta quienes de manera ingenua se hacen completamente vulnerables a su pareja. Si existe una relación amorosa debe existir el espacio de discusión del cuidado y auto-cuidado a nivel sexual que no se puede dejar en el campo de lo implícito por las graves consecuencias que puede conllevar.

2.        Si me hieren no me aman.

Como seres humanos somos falibles y, aunque en teoría el amor siempre debería ser una experiencia positiva, en ocasiones no lo es. La convivencia humana no se da libre de conflicto y las diferencias pueden ocasionar malestar y dolor. Sin embargo una persona puede amar a otra y por diferentes motivos causarle dolor sin que se quiera decir que el amor implica dolor. En muchas personas existe la dependencia hacia las sensaciones de bienestar y generalmente la relación amorosa genera sensaciones placenteras. Sin embargo no todo en el amor es disfrute, porque existe el miedo a perder el amor o el ser querido y eso genera angustia e incluso cuando ocurre causa dolor. La experiencia amorosa puede ser fuente de grandes satisfacciones y placer y también fuente de dolor. Cuando se es adolescente el desarrollo afectivo está en proceso lo que hace que aún se está aprendiendo a amar de una manera madura. Algunas personas llegan a la vida adulta y no han desarrollado esa madurez porque huyen de las relaciones por el miedo a que les pueda causar el dolor de una ruptura o por miedo a asumir un compromiso. Esa posición defensiva y temerosa no les permite crecer con las experiencias de manera gradual.

3.        Los celos son una muestra de amor.

Desde la infancia es posible experimentar celos y estos tienen un componente de inseguridad, miedo y rabia. Se teme perder el amor de un ser querido y aun niños y niñas muy pequeños muestran comportamientos de posesividad y rabia ante demostraciones afectivas que no son para ell@s sino para otras personas. Los celos no son amorosos porque en general afectan de manera negativa la relación de pareja. Afectan la confianza, la seguridad y la autoestima.
Cuando una pareja basa su relación principalmente en la atracción usa los celos para promover su permanencia. Es un “juego” que les permite sentir a cada miembro de la pareja que aún no ha conseguido a su objeto de deseo o que lo puede perder. Cuando en la pareja hay dificultades de comunicación sobre sus necesidades y expectativas aparecen los celos como un recurso. Este se basa en la seducción y en la conquista (que disfrazan la agresión y la rabia).
Algunas personas son profundamente celosas aunque su pareja no les de ningún motivo e incluso pueden desarrollar un trastorno que se denomina celotipia e involucra una distorsión de la realidad. Estos celos enfermizos requieren ayuda profesional porque pueden hacer mucho daño a la persona y a la pareja.

4.        Las mujeres lo hacen (el sexo) por amor.

Tradicionalmente a las mujeres se les negaba la posibilidad de disfrutar de las relaciones sexuales y durante muchos siglos el placer sexual se consideró malo en general, y peor aún para las mujeres. Sólo se aceptaba la inevitabilidad de la experiencia sexual dentro de un contexto reproductivo y las religiones occidentales buscaron controlar el sexo con su sacralización mediante el matrimonio. Desde el romanticismo y con la vinculación del sexo y el amor se desarrolló un nuevo paradigma para las mujeres y fue la disminución de la culpa sexual si se explicaba por el enamoramiento. Rompiendo normas sociales los ¨pecados¨ de amor de las mujeres tendieron a extenderse desde principios del siglo pasado hasta llegar a la segunda mitad del siglo XX con la revolución sexual que alteró definitivamente la normatividad al respecto. Con la masificación de métodos efectivos de anti-concepción  surge la posibilidad de una sexualidad que no tiene como consecuencia incontrolable un embarazo lo que hace que se modifique de manera radical la experiencia de la sexualidad para la mujer. Aunque para la mayoría de las mujeres el componente afectivo es muy importante para el desarrollo de una relación sexual existen también actualmente mujeres para quienes lo básico es el componente erótico, es decir el placer. En la encuesta nacional de comportamiento sexual entre adolescentes realizada por Profamilia en 1994 al preguntarles a las mujeres por el compañero con quien se había dado su iniciación sexual un 90 % de ellas respondió que había sido su novio y la razón de la relación para el 71% de ellas fue el amor.   En el caso de los varones para el 49% su pareja de iniciación sexual había sido una amiga y un 7% había tenido su primera experiencia con prostitutas. La primera razón aducida por los varones fue oportunidad 38% y la segunda con 28 % fue curiosidad.

5. El amor verdadero no existe.


Esta idea es frecuente entre personas que han sufrido desengaños amorosos, entre adolescentes en crisis de rebeldía y entre personas con posiciones existencialistas. El amor es una experiencia humana, posible para cualquier persona que se permita compartir su intimidad y construir un vínculo con otro ser. Se explicó ya la relación de dependencia del bebé con una figura que satisficiese sus necesidades para sobrevivir y poder socializarse como ser humano. El amor es una emoción básica y se desarrolla con la complejidad del sentimiento amoroso con el crecimiento de la persona. Tiene un componente de aprendizaje y se ve afectado por la ideología cultural y los valores sociales que enmarcan las experiencias individuales. El amor romántico tiene una historia que empieza en el siglo XIX, cuando el hombre y especialmente la mujer pudieron escoger a su pareja y el matrimonio empezó a darse en algunos casos por amor. Este modelo remplazo al amor platónico anterior que no llegaba a manifestarse sexualmente, creado por los trovadores y que vinculaba de manera espiritual a los caballeros y a las damas. Esos eran amores imposibles que se vivían en la fantasía y pocas veces llegaban a expresarse realmente. El amor romántico se convirtió en el permiso para el placer sexual y ha sido la forma sutil como desde el racionalismo humanista se controla la sexualidad. Lo que no siga ese modelo de amor que apareció desde la ilustración y que se inscribe dentro de lo heterosexual, monógamo, exclusivista, posesivo, celoso y dogmático sigue considerándose en varias esferas pecaminoso y dudoso. Es importante reconocer que las experiencias amorosas pueden ser tan variadas como seres humanos haya. Lo importante es que se posibiliten amores que enriquezcan la condición de quienes aman y que sean fuente de satisfacción, aprendizaje y posibilidades dentro de las necesidades de vinculación afectiva humana.

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