De sexo, como de comida todo el mundo tiene algo que decir. Es de esos
temas en que la mayoría de la gente se siente con derecho a opinar y pontificar
aunque sus ideas sean solo producto de su imaginación. Sin embargo ese síndrome
de sabelotodo se manifiesta más entre los varones porque en una sociedad
machista como sigue siendo la colombiana, se supone que deban conocerlo todo
aunque nunca se hayan sentado juiciosamente a estudiar el tema. Siempre que
empiezo una conferencia, un curso o una clase de educación sexual me encuentro
con auditorios de abrumadoras mayorías femeninas y cuando pregunto a las mujeres porque no hay más hombres, en
general la respuesta se refiere a que ellos ya saben o creen saber. Esta
situación ha contribuido a que se mantengan múltiples mitos y falsas creencias
sobre la sexualidad en general y sobre la sexualidad de hombres y mujeres en
particular. Falsas creencias sobre hombres siempre dispuestos, con erecciones
instantáneas, de dur-acción interminable, con listas incontables de amantes que
se han rendido a sus encantos que en realidad son seres humanos llenos de
temores y necesidades que lo que en realidad quisieran es encontrar a una mujer
compañera, comprensiva y amorosa con quien pudieran conocerse y entregarse para
crecer y disfrutar, ahí si de verdad.
Mitos sobre mujeres tímidas, ingenuas, vírgenes ignorantes que esperan a su príncipe azul para que las
lleve al paraíso o imágenes de tigresas, vampiresas y seductoras incontrolables
que arrasan con su "ninfomanía" a cualquier varón que se cruce en su
camino. Mitos que niegan a las mujeres de carne y hueso que no se parecen a las
imágenes construidas por la publicidad y las fantasías masculinas que solo les
dejan lugares extremos de vírgenes o de prostitutas.
Hay también mitos sobre anatomía y entre esas ideas poco realistas que
circulan esta aquella que atribuye penes de mayor tamaño a los hombres de raza negra,
desconociendo investigaciones que muestran lo que el doctor Alonso Acuña
denomina con humor la "democracia peneana": a cada cual según su
tamaño. Hay hombres de todas las edades que se desvelan por aquello de que
entre más grande mejor como si fuera una promoción de cereales para el desayuno
y lo que les importara a las mujeres no fuese el hombre detrás del pene y su
manera de seducirlas y enamorarlas. También por aquello de los tamaños los
cirujanos han hecho su Agosto implantando siliconas para que una mujer se vea
con senos varias tallas más grandes de las que le dio la naturaleza como si
entre más grandes fuese más mujer, desconociendo que a los hombres les gustan
de todos los tamaños y me refiero a altas, medianas y bajitas y les importa más
su personalidad y la manera en que los traten que la talla de sostén que ella
use. Sobre las relaciones sexuales se han popularizado ideas como la
importancia del orgasmo simultáneo que es interesante pero no irreemplazable, la
inquietudes por las actividades auto eróticas (léase masturbación) como propias de adolescentes y no de adultos con pareja estable, las preguntas sobre
prácticas distintas al coito como causantes de enfermedades (recuerde que si
ambos están sanos nada de lo que hagan les va a enfermar), las elucubraciones
sobre la eyaculación femenina, las posiciones sexuales y su impacto en el
placer de la pareja e innumerables
ideas, algunas ciertas y otras falsas que si no se controlan terminan generando
más problemas que soluciones. Así que, infórmese de fuentes serias y considere
que siempre se puede aprender, porque el primer paso para crecer es aceptar que
hay nuevas cosas por conocer y que preguntar puede ser la mejor idea cuando se
tienen dudas.
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