ANDAMOS JUNTOS PERO NADA QUE VER
Se conocieron porque una
amiga mutua los presentó una noche en que salían a rumbear con un grupo. A él
le gustó ella desde que la vió porque tiene un cuerpo divino y una sonrisa muy
linda. A ella le llamó la atención su mirada, que tiene buen sentido del humor
y la hizo reír desde el principio. Conversaron parte de la noche y como a los
tres días él la llamó y la invitó a salir. Ella no le había dado el teléfono
por lo que se sorprendió. Cuando colgó, llamó a la amiga mutua y ella le dijo
que a él le había gustado resto. Ella estaba nerviosa y se arregló desde
temprano. Esa noche se despidieron con beso y ahora se ven todos los fines de
semana y se hablan por teléfono unas cuantas veces entre semana. A ella casi no
la dejan salir entre semana por el colegio aunque a veces dice que va a
estudiar donde su amiga y allá se ven.
Llevan ya dos meses y medio
andando juntos y la mayoría de sus
amigos saben de la existencia de su relación. Sin embargo ella no está segura
de lo que él siente por ella porque nunca le ha dicho que la quiere o algo así.
Él se siente bien con ella pero le desespera cuando le dice que hablen, porque
sabe que de lo que ella quiere hablar es de la relación, pero él no sabe qué
decirle. Ella le gusta y ya. No quiere hablarle de cuadrarse porque que mamera
y no entiende por qué para ella ese rollo es tan importante. Ella se desespera
porque quiere algo más seguro y piensa que él le tiene miedo a los compromisos.
El a veces sale con otras amigas pero prefiere no decirle a ella para que no le
haga una escena de celos. El piensa que si eso es ahora que no están cuadrados
sería peor si le reconociera que la quiere. Sin embargo cuando ella sale con
sus amigos él se enfurece y le parece el colmo. Ambos están confundidos y
aunque les gusta andar juntos su relación les produce dolor. ¿Qué sentido tiene esta situación?
Esta historia, parecida a
algunas de la vida real es un ejemplo simple de la dificultad para muchas
jóvenes de establecer vínculos afectivos con compromiso, buena comunicación y
que les generen bienestar.
Según Robert Steimberg,
autor de un libro llamado El triángulo
del Amor este se conforma de tres componentes: Intimidad, pasión y compromiso.
La intimidad está dada por
los sentimientos de acercamiento y vínculo e implica bienestar, felicidad junto
a la persona amada, respeto, entendimiento, entrega, apoyo, valoración y
comunicación con la pareja. La pasión es el deseo de unión con el otro, incluye
la atracción y es el componente erótico del amor. El compromiso es la decisión
de amar y el deseo de mantener ese amor.
Un amor completo incluiría
los tres componentes. Sin embargo se pueden encontrar amores en que prima
excesivamente uno de los tres y los otros son casi inexistentes. Si los miembros de la pareja tienen ideas muy
distintas sobre lo que quieren o esperan de la relación y además no tienen
buena comunicación la experiencia amorosa va a ser motivo de dolor. Para la
gente joven el componente pasional del amor es muy importante y generalmente
muy intenso; eso hace que las necesidades de intimidad y compromiso ha veces se
vean descuidadas generando malestar. Es fundamental reconocer que el compromiso
bien entendido, no como posesividad y control del otro, es vital para hombres y
mujeres porque genera confianza. La comunicación es la herramienta fundamental
que construye la intimidad y posibilita fortalecer la relación. No importa que
tan joven sea una persona; si se da la oportunidad el amor puede ser una
experiencia muy positiva si se abre al compromiso, la intimidad y la pasión.
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