miércoles, 17 de febrero de 2016

EL ROL DE PAPÁ Y MAMÁ EN LA EDUCACIÓN SEXUAL.

Cómo formar hijos e hijas sanas

          Es en la niñez y en la infancia donde se fundamentan las bases de una sexualidad sana por lo que son papá y mamá quienes tienen en sus manos la mayor responsabilidad en el desarrollo de una sexualidad con autoestima, autonomía, responsabilidad y valores.

Para realizar esta tarea es fundamental adquirir algunas herramientas para ayudar a su hijo o hija a crecer como un ser humano sexualmente sano, responsable  y feliz. En este proceso es importante empezar por la comprensión general de las características de la sexualidad infantil y juvenil; realizar una revisión de los valores personales hacia la sexualidad y aprender algunas estrategias para responder a las preguntas infantiles y a las inquietudes juveniles sobre la sexualidad.

La sexualidad incluye elementos afectivos, de género, eróticos y reproductivos en las áreas biológicas, psicológicas, sociales, espirituales y éticas. Somos sexuales desde el nacimiento hasta la muerte. Tenemos una experiencia en un cuerpo que nos da sensaciones, placer y dolor, aprendemos a ser hombres o mujeres, sentimos emociones, construimos relaciones con los demás y amamos. También al alcanzar la madurez sexual, podemos reproducirnos; si así lo decidimos.


La sexualidad infantil

La sexualidad infantil tiene unas características propias que la diferencian de la sexualidad en otras etapas vitales. No es reproductiva; es más afectiva que erótica (más amorosa que placentera), y en la infancia no hay hormonas sexuales, ni deseo sexual.

Los niños sienten placer en todo el cuerpo y no se concentran en los genitales. A veces los tocan en su exploración, pero si se les pega o regaña por eso sentirán que son partes malas o sucias lo que les formará una idea negativa de una parte tan importante de su propio cuerpo. En la infancia se disfruta plenamente de las sensaciones sin juzgarlas ni reprimirlas. Niñas y niñas son ¨gocetas¨ por naturaleza. Los bebés tienen sensaciones desde que nacen y dentro de su desarrollo descubren todo de su cuerpo, incluidos los genitales a los que a veces tocan. Este comportamiento aunque placentero, no puede equipararse a la masturbación que se presenta después en el desarrollo, ya que su finalidad no es la obtención de un orgasmo.

El mostrar su cuerpo tampoco puede juzgarse como una conducta ¨exhibicionista¨ equiparable a este tipo de comportamiento en jóvenes o adultos. Sin embargo el pequeño debe aprender que hay situaciones apropiadas para el desnudo y otros espacios y circunstancias donde es inadecuado, ya que hay una regulación social adecuada a cada cultura y momento histórico sobre el mostrar el cuerpo.

Los niños y las niñas hacen juegos para conocer y comparar sus cuerpos. Se llaman juegos sexuales y ocurren por curiosidad como parte normal del desarrollo. Juegan al médico, al papá y la mamá, a bañarse o al reinado de belleza. A veces se quitan la ropa para mirarse. Esto es normal en niños menores de 7 años y la diferencia de edades entre niños que jueguen no debe ser mayor de 3 años para prevenir situaciones abusivas. La curiosidad infantil también les llevará a hacer preguntas sobre el cuerpo, el amor, la reproducción, la relación de pareja y otros temas que les llamen la atención. Más adelante se tratará el cómo abordar las preguntas infantiles sobre sexo.

Los niños y las niñas construyen su ser hombres y mujeres desde muy pequeños y a partir de los 2 años de edad ya tienen establecida su identidad sexual; es decir, reconocen su pertenencia al sexo femenino o masculino y conocen los comportamientos, formas de ser y actitudes de ese sexo del que son parte. Esta es su preparación para ejercer su rol como adultos de uno u otro sexo o sea su rol de género en el que actúan acorde a las expectativas sociales para su género. El género es una construcción social que se adecua a las sociedades en que se construye variando histórica y culturalmente. 

  Desde la infancia temprana hasta los 6 años se incrementa  la curiosidad sexual, puede haber ¨masturbación¨, continúan los juegos sexuales y ocasionalmente las conductas exhibicionistas. En esta época se fortalece la identidad sexual y se afianza el rol de género.

De los 7 a los 12 años la interacción es principalmente homo-social y se adquiere permanente la identidad sexual. En estas edades los roles de género se vuelven más flexibles. Se incrementa el desarrollo físico, el desarrollo del lenguaje y se empieza una interiorización más profunda de la moral sexual de la cultura a la que se pertenece. En estos años sus cuerpos crecen hasta llegar a la pubertad que produce, por las hormonas, los mayores cambios físicos, y psicológicos marcando su desarrollo sexual. Son pre-adolescentes por un par de años con características, posibilidades, expectativas y problemas específicos de esta edad hasta que se vuelven adolescentes.



Problemas de la sexualidad infantil y alternativas de intervención

La mayoría de los niños y niñas no sufren problemas relacionados con su sexualidad, exceptuando aquellos que son víctimas de abuso sexual. En esos casos necesitan atención urgente e integral para ayudarles a elaborar el trauma.
 Los niños no deben nunca ser expuestos a pornografía porque distorsiona sus ideas del cuerpo y las expectativas frente a una sexualidad sana. Si un menor fue expuesto a pornografía requiere una explicación clara de lo inadecuado del material para poder rectificar ideas distorsionadas sobre la sexualidad. Su flexibilidad en esta etapa de la vida le pone en alto riesgo de absorber ideas negativas sobre el comportamiento sexual y anti-valores si los adquiere de material explícito que esta hecho para excitar y no tiene un componente formativo.

Algunos niños pueden tocar sus genitales implicando un problema, por ejemplo en lugares inapropiados (el salón de clase, la mesa del comedor), en público (las conductas sexuales deben ser privadas) o excesivamente (quitando tiempo a otras actividades importantes y propias de su desarrollo como el juego, el estudio, el deporte o actividades sociales acorde a su edad), aun cuando se les haya explicado que no es apropiado hacerlo en esas condiciones.

Si un niño invierte un tiempo excesivo en tocarse o en juegos sexuales requiere una intervención. Lo primero que hay que descartar es una infección genital o urinaria que les cause ardor, lo que hace que se toquen buscando alivio al malestar. Si no hay una razón médica, debe buscarse asesoría psicológica para hallar la razón emocional que le causa ansiedad y que el niño busca controlar tocándose.

Los juegos sexuales son parte normal del desarrollo hasta cierta edad 7 – 9 años pasada la cual desaparecen por el pudor que el niño desarrolla. Si un niño o niña  muestran comportamientos sexuales que son inapropiados para su edad (comportamiento sexual explícito o imitaciones muy cercanas a relaciones sexuales) necesita una intervención profesional. Lo más importante es determinar si esta siendo víctima de abuso sexual, en cuyo caso requiere una intervención inmediata, profesional e integral para abordar el problema. Existen instituciones especializadas en esta situación.


Las preguntas infantiles sobre sexo y las respuestas adultas

Los niños y niñas hacen preguntas sobre sexo por su curiosidad y deseo de aprender sobre el mundo que les rodea. De acuerdo a la actitud que vean en sus adultos continuarán haciéndolas o buscarán otras fuentes para saciar su interés. Las respuestas de los adultos en general deberían tener las siguientes características. Primero ser respuestas honestas, usando la verdad en la medida de la comprensión del niño. Si usted miente está modelando un anti-valor. Deben ser claras al nivel de comprensión del niño. Ser lógicas y graduales a lo que se esté preguntando y usar un lenguaje apropiado. Es fundamental que sean contestadas de manera oportuna, es decir cuando sean realizadas. Lo más importante a considerar es que la persona adulta este consciente de que lo que transmite además de información son valores y que la forma en que responde, su actitud y el contenido están formando o deformando a una persona en crecimiento.



Consejos para formar una sexualidad sana, responsable y feliz


·       Dar una educación que posibilite el respeto a sí mismo y del otro es fundamental para formar personas responsables, y tolerantes ante los demás.
·       Permitir el conocimiento de sí mismo y la valoración de cada uno como un ser único e irrepetible para aprender a quererse y poder querer a otros.
·       Niños y jóvenes crecerán para hacerse adultos sanos que puedan vivir su vida sexual plenamente, si se les ofrece información adecuada y herramientas para la toma de decisiones con responsabilidad.
·       Fomentar el auto-cuidado; desde niños, las personas pueden aprender a cuidar y valorar las diferentes partes de su cuerpo incluidos sus genitales. Esto implica usar un lenguaje apropiado.
·       Se debe enseñar que a los órganos sexuales, que algunos llaman partes privadas, hay que protegerlos porque lo privado es lo intimo, lo propio y especial que se atesora.
·       Fortalecer la autoestima es una tarea constante. Esto incluye reconocer las fortalezas y debilidades de cada uno para poder construir una personalidad mejor.
·       Posibilitar a los niños la toma de decisiones de acuerdo a su edad y permitirles asumir las consecuencias de sus decisiones es fundamental para formarles como personas autónomas y responsables a todo nivel, incluido el sexual.
·       Fomentar la buena comunicación entre los miembros de la familia fortalece sus vínculos. La compañía y apoyo familiar previenen comportamientos lesivos.
·       La buena comunicación incluye el escuchar con atención al otro. Si quiere que alguien lo escuche a usted, primero óigalo. Esto es fundamental para mantener una buena relación con los hijos, especialmente con los adolescentes.
·       Las relaciones sexuales son una actividad para personas maduras y responsables que se puedan hacer cargo pleno de sus consecuencias en todos los aspectos. Por ello se debe enseñar a los y las adolescentes que no hay afán de empezar su vida sexual hasta que no estén preparados.
·       Las preguntas e inquietudes sobre sexualidad son válidas e importantes para niños y adolescentes porque las respuestas de sus adultos, cuando tienen claro su componente de valores, les permiten formarse y no solo informarse.
·       Lo que más forma la sexualidad en la niñez y adolescencia es el ejemplo de los adultos. Es en la convivencia familiar donde aprendemos sobre feminidad, masculinidad, relación de pareja, expresión de las emociones, amor, paternidad y los temas que van a determinar la vida adulta.
·       Pensar que si no hablamos en familia de los temas de la sexualidad no estamos haciendo educación sexual es erróneo porque el mensaje que transmitimos es que esos temas son tabú. Los niños y adolescentes encontrarán información en otros lugares tal vez con enfoques y valores muy distintos a los que quisiéramos para ellos.







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