Cómo formar hijos e hijas sanas
Es en la niñez y en
la infancia donde se fundamentan las bases de una sexualidad sana por lo que
son papá y mamá quienes tienen en sus manos la mayor responsabilidad en
el desarrollo de una sexualidad con autoestima, autonomía, responsabilidad y valores.
Para realizar esta
tarea es fundamental adquirir algunas
herramientas para ayudar a su hijo o hija a crecer como un ser humano
sexualmente sano, responsable y feliz.
En este proceso es importante empezar por la comprensión general de las
características de la sexualidad infantil y juvenil; realizar una revisión de
los valores personales hacia la sexualidad y aprender algunas estrategias para
responder a las preguntas infantiles y a las inquietudes juveniles sobre la
sexualidad.
La sexualidad incluye elementos afectivos, de
género, eróticos y reproductivos en las áreas biológicas, psicológicas,
sociales, espirituales y éticas. Somos sexuales desde el nacimiento hasta la
muerte. Tenemos una experiencia en un cuerpo que nos da sensaciones, placer y
dolor, aprendemos a ser hombres o mujeres, sentimos emociones, construimos
relaciones con los demás y amamos. También al alcanzar la madurez sexual,
podemos reproducirnos; si así lo decidimos.
La sexualidad infantil tiene unas características propias que la diferencian de la sexualidad en otras etapas vitales. No es reproductiva; es más afectiva que erótica (más amorosa que placentera), y en la infancia no hay hormonas sexuales, ni deseo sexual.
La sexualidad infantil
La sexualidad infantil tiene unas características propias que la diferencian de la sexualidad en otras etapas vitales. No es reproductiva; es más afectiva que erótica (más amorosa que placentera), y en la infancia no hay hormonas sexuales, ni deseo sexual.
Los niños sienten placer en todo el cuerpo y
no se concentran en los genitales. A veces los tocan en su exploración, pero si
se les pega o regaña por eso sentirán que son partes malas o sucias lo que les
formará una idea negativa de una parte tan importante de su propio cuerpo. En
la infancia se disfruta plenamente de las sensaciones sin juzgarlas ni
reprimirlas. Niñas y niñas son ¨gocetas¨ por naturaleza. Los bebés tienen
sensaciones desde que nacen y dentro de su desarrollo descubren todo de su
cuerpo, incluidos los genitales a los que a veces tocan. Este comportamiento
aunque placentero, no puede equipararse a la masturbación que se presenta
después en el desarrollo, ya que su finalidad no es la obtención de un orgasmo.
El mostrar su cuerpo tampoco puede juzgarse
como una conducta ¨exhibicionista¨ equiparable a este tipo de comportamiento en jóvenes o adultos. Sin
embargo el pequeño debe aprender que hay situaciones apropiadas para el desnudo
y otros espacios y circunstancias donde es inadecuado, ya que hay una
regulación social adecuada a cada cultura y momento histórico sobre el mostrar
el cuerpo.
Los niños y las niñas hacen juegos para
conocer y comparar sus cuerpos. Se llaman juegos sexuales y ocurren por curiosidad como parte normal
del desarrollo. Juegan al médico, al papá y la mamá, a bañarse o al reinado de
belleza. A veces se quitan la ropa para mirarse. Esto es normal en niños
menores de 7 años y la diferencia de edades entre niños que jueguen no debe ser
mayor de 3 años para prevenir situaciones abusivas. La curiosidad infantil
también les llevará a hacer preguntas sobre el cuerpo, el amor, la
reproducción, la relación de pareja y otros temas que les llamen la atención.
Más adelante se tratará el cómo abordar las preguntas infantiles sobre sexo.
Los niños y las niñas construyen su ser
hombres y mujeres desde muy pequeños y a partir de los 2 años de edad ya tienen
establecida su identidad
sexual; es decir,
reconocen su pertenencia al sexo femenino o masculino y conocen los
comportamientos, formas de ser y actitudes de ese sexo del que son parte. Esta
es su preparación para ejercer su rol como adultos de uno u otro sexo o sea su rol de género en el que actúan acorde a las expectativas
sociales para su género. El género es una construcción social que se adecua a
las sociedades en que se construye variando histórica y culturalmente.
Desde la infancia temprana hasta los 6 años se
incrementa la curiosidad sexual, puede
haber ¨masturbación¨, continúan los juegos sexuales y ocasionalmente las
conductas exhibicionistas. En esta época se fortalece la identidad sexual y se
afianza el rol de género.
De los 7 a los 12 años la interacción es principalmente homo-social y se adquiere permanente la identidad sexual. En estas
edades los roles de género se vuelven más flexibles. Se
incrementa el desarrollo físico, el desarrollo del lenguaje y se empieza
una interiorización más profunda de la moral sexual de la cultura a la que se
pertenece. En estos años sus cuerpos
crecen hasta llegar a la pubertad que produce, por las hormonas, los mayores
cambios físicos, y psicológicos marcando su desarrollo sexual. Son
pre-adolescentes por un par de años con características, posibilidades,
expectativas y problemas específicos de esta edad hasta que se vuelven
adolescentes.
La mayoría de los niños y niñas no sufren problemas relacionados con su sexualidad, exceptuando aquellos que son víctimas de abuso sexual. En esos casos necesitan atención urgente e integral para ayudarles a elaborar el trauma.
Problemas de la sexualidad infantil y alternativas de intervención
La mayoría de los niños y niñas no sufren problemas relacionados con su sexualidad, exceptuando aquellos que son víctimas de abuso sexual. En esos casos necesitan atención urgente e integral para ayudarles a elaborar el trauma.
Algunos niños pueden tocar sus
genitales implicando un problema, por ejemplo en lugares inapropiados (el salón
de clase, la mesa del comedor), en público (las conductas sexuales deben ser
privadas) o excesivamente (quitando tiempo a otras actividades importantes y propias
de su desarrollo como el juego, el estudio, el deporte o actividades sociales
acorde a su edad), aun
cuando se les haya explicado que no es apropiado hacerlo en esas condiciones.
Si un
niño invierte un tiempo excesivo en tocarse o en juegos sexuales requiere una
intervención. Lo
primero que hay que descartar es una infección genital o urinaria que les cause
ardor, lo que hace que se toquen buscando alivio al malestar. Si no hay una razón médica, debe buscarse
asesoría psicológica para hallar la razón emocional que le causa ansiedad y que
el niño busca controlar tocándose.
Los
juegos sexuales son parte normal del desarrollo hasta cierta edad 7 – 9 años
pasada la cual desaparecen por el pudor que el niño desarrolla. Si un niño o
niña muestran comportamientos sexuales
que son inapropiados para su edad (comportamiento sexual explícito o
imitaciones muy cercanas a relaciones sexuales) necesita una intervención
profesional. Lo más importante es determinar si esta siendo víctima de abuso sexual,
en cuyo caso requiere una intervención inmediata, profesional e integral para
abordar el problema. Existen instituciones especializadas en esta situación.
Las preguntas infantiles sobre sexo y las respuestas adultas
Los niños y niñas hacen preguntas sobre sexo por su
curiosidad y deseo de aprender sobre el mundo que les rodea. De acuerdo a la
actitud que vean en sus adultos continuarán haciéndolas o buscarán otras
fuentes para saciar su interés. Las respuestas de los adultos en general
deberían tener las siguientes características. Primero ser respuestas honestas,
usando la verdad en la medida de la comprensión del niño. Si usted miente está
modelando un anti-valor. Deben ser claras al nivel de comprensión del niño. Ser
lógicas y graduales a lo que se esté preguntando y usar un lenguaje apropiado.
Es fundamental que sean contestadas de manera oportuna, es decir cuando sean
realizadas. Lo más importante a considerar es que la persona adulta este
consciente de que lo que transmite además de información son valores y que la
forma en que responde, su actitud y el contenido están formando o deformando a
una persona en crecimiento.
Consejos para formar una sexualidad sana, responsable y feliz
·
Dar una educación que
posibilite el respeto a sí mismo y del otro es fundamental para formar personas
responsables, y tolerantes ante los demás.
·
Permitir el conocimiento
de sí mismo y la valoración de cada uno como un ser único e irrepetible para
aprender a quererse y poder querer a otros.
·
Niños y jóvenes
crecerán para hacerse adultos sanos que puedan vivir su vida sexual plenamente,
si se les ofrece información adecuada y herramientas para la toma de decisiones
con responsabilidad.
·
Fomentar el
auto-cuidado; desde niños, las personas pueden aprender a cuidar y valorar las
diferentes partes de su cuerpo incluidos sus genitales. Esto implica usar un
lenguaje apropiado.
·
Se debe enseñar que a
los órganos sexuales, que algunos llaman partes privadas, hay que protegerlos
porque lo privado es lo intimo, lo propio y especial que se atesora.
·
Fortalecer la
autoestima es una tarea constante. Esto incluye reconocer las fortalezas y
debilidades de cada uno para poder construir una personalidad mejor.
·
Posibilitar a los
niños la toma de decisiones de acuerdo a su edad y permitirles asumir las
consecuencias de sus decisiones es fundamental para formarles como personas
autónomas y responsables a todo nivel, incluido el sexual.
·
Fomentar la buena
comunicación entre los miembros de la familia fortalece sus vínculos. La
compañía y apoyo familiar previenen comportamientos lesivos.
·
La buena comunicación
incluye el escuchar con atención al otro. Si quiere que alguien lo escuche a
usted, primero óigalo. Esto es fundamental para mantener una buena relación con
los hijos, especialmente con los adolescentes.
·
Las relaciones
sexuales son una actividad para personas maduras y responsables que se puedan
hacer cargo pleno de sus consecuencias en todos los aspectos. Por ello se debe
enseñar a los y las adolescentes que no hay afán de empezar su vida sexual
hasta que no estén preparados.
·
Las preguntas e
inquietudes sobre sexualidad son válidas e importantes para niños y
adolescentes porque las respuestas de sus adultos, cuando tienen claro su
componente de valores, les permiten formarse y no solo informarse.
·
Lo que más forma la
sexualidad en la niñez y adolescencia es el ejemplo de los adultos. Es en la
convivencia familiar donde aprendemos sobre feminidad, masculinidad, relación
de pareja, expresión de las emociones, amor, paternidad y los temas que van a
determinar la vida adulta.
·
Pensar que si no
hablamos en familia de los temas de la sexualidad no estamos haciendo educación
sexual es erróneo porque el mensaje que transmitimos es que esos temas son
tabú. Los niños y adolescentes encontrarán información en otros lugares tal vez
con enfoques y valores muy distintos a los que quisiéramos para ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario